jueves, 18 de julio de 2024

Construcción de un entablado para una corrida en la Plaza Mayor de Madrid y el Gremio de Carpinteros (siglo XVIII)

DEL LIBRO: Arquitectura y urbanismo en las Ordenanzas de Teodoro Ardemans para Madrid. Beatriz Blasco Esquivias. Gerencia de Urbanismo 1992
En relación con las armaduras de madera, Ardemans intento delimitar con precisión los aspectos más problemáticos de su construcción y montaje. Su escrito comienza enunciando una medida restrictiva, segun la cual solo los oficiales de carpintería - de obras de afuera o de taller, puertaventaneros «u otros ejercicios tocantes a la madera», indistintamente- podrían, por motivos de seguridad, ejecutar los «tablados» del perímetro de la Plaza. Aclarado este punto, se daban instrucciones-concretas sobre los tipos de madera a utilizar, sus medidas y la forma más segura de ensamblarlas para componer un tendido que «se ha de arreglar al corte, que va aquí demostrado, sin que se innove en cosa alguna» (pags. 209-212) [Lam. XXXII].



Esta medida origino la protesta del gremio de carpinteros, que en 1725 considero clamados sus intereses. El hecho es interesante por la forma en que se resuelve y porque gracias a el podemos aclarar un párrafo de las ordenanzas que resultaba algo confuso [17]. 

A los pocos días de publicarse la celebración de la corrida, los veedores y repartidores de este gremio elevaron un memorial al Corregidor Marqués de Vadillo «diciendo que en conformidad del Capítulo 9 de las ordenanzas que tienen para su régimen ... en que se previene y manda que todos los tablados que se ejecuten así para fiestas de taros como para otras funciones Públicas: No los hayan de hacer otras personas que los Maestros examinados de Carpinteros, por saberlos fortificar y obviar desgracias ... Y ahora es venido a noticia de los Suplicantes, que ... con el pretexto del Capítulo 24 de un libro Intitulado Gobierno Político de las fábricas, dado a Luz por don Teodoro Ardemans ... se quiere pretender que los carpinteros que llaman de obras de afuera y otros que no son Maestros, ni están examinados hagan los tablados y demás obra de carpintería para las próximas fiestas publicadas. Y porque no es justo ... suplican ... se sirva mandar, que ninguna persona que no sea Maestro examinado de Carpintero, pueda hacer ni ajustar con los dueños de los claros tablado ni tendido alguno ... ». A requerimiento del corregidor, Ardemans aclaro que su «animo ni lo que dice la ordenanza, Capítulo 24, no es guitar al gremio de Carpinteros que tomen por su cuenta tablados, sus nichos y tendidos, sino que los oficiales que llamaren para armar dichos tendidos sean carpinteros de obras de afuera, que éstos están más expertos en la fortificación que los carpinteros de taller de puerta de calle y de éstos que fuere hábil también puede trabajar como si también hubiere puertaventaneros.

 

[17] Concretamente es el que otorga a los carpinteros la facultad de hacer los tablados con exclusividad de otros oficios: «Que los que armaren los tablados de la Plaza mayor de Madrid, solo sean Carpinteros, oficiales hechos de obras de afuera, y también oficiales de taller, y si hubiere Puertaventaneros, u otros ejercicios tocantes a la madera, que los tuvieren por su cuenta, estos solo se han de valer para hacerlos, de oficiales Carpinteros de obras de afuera» (pag. 209). Con estas palabras de Ardemans entendíamos que cuando alguno de los tablados a cuyo disfrute podía concursar el público fuese adquirido por  puertaventaneros «u otros ejercicios tocantes a la madera», también deberían recurrir a personas peritas en carpintería de armar o de afuera para levantarlos, no pudiendo hacerlo por ellos mismos.

 


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