miércoles, 6 de julio de 2016

¿El calabó y el Okume en tablero contrachapado pueden considerarse cancerígenos?



PREGUNTA.

Estoy recabando información sobre distintos tipos de madera y me he encontrado que algunas maderas consideradas como duras están clasificadas como cancerígenas. Tengo claro que la madera de Calabó y de Okumé tropicales pero  no sé si son consideradas como maderas duras y sobre todo si son cancerígenas. También desconozco si los contrachapados de Calabó y de Okumé están conformados soplo por un solo tipo de madera.

RESPUESTA.

En primer lugar decirle que no entendemos bajo que criterios se pueden clasificar a la maderas (sean de la especie que sean) como “cancerígenas” y en consecuencia no entendemos que credibilidad se le pueden dar a ese tipo de clasificaciones. Probablemente puedan venir interesadamente de otros sectores industriales que favorecen a otros materiales alternativos.

La madera es un material natural “fabricado” por el árbol que esta compuesto en más de un 99 % de carbono, oxigeno e hidrogeno que toma esencialmente de la atmósfera transformándola en madera.

Quizás la información que le haya podido llegar sea sobre el polvo de aserrado de algunas maderas que en el caso de sistemas de aspiración mal proyectados o mantenidos en las fábricas o talleres puede generar problemas de toxicidad si se respira de forma permanente o continuada.

Respecto a la denominación “maderas duras” comentarle que es una traducción literal (y por tanto mala) del termino inglés “hardwoods” con el que se hace referencia a un grupo de especies maderables de hoja caduca que crecen por encima o por debajo de los trópicos. En castellano sería más correcto denominarlas frondosas boreales o australes o simplemente frondosas de zonas templadas para diferenciarlas de las frondosas tropicales (especies también de hoja caediza) que crecen en la zona comprendida entre los dos trópicos. Por ejemplo en Europa pertenecerían al grupo de las frondosas  especies tales como el roble, haya, abedul, arce, fresno, nogal, chopo, encina, etc.

Finalmente comentarle que tanto el calabó como el okume son dos especies frondosas tropicales de origen africano, que ninguna de las dos es por supuesto cancerígena y que han sido (y son todavía) muy utilizadas en la obtención de chapa por desenrollo y en la consiguiente fabricación de manufacturas de chapa, principalmente tableros contrachapados.

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