Madera y
Seguridad ante el fuego
Seguridad ante el
fuego en construcción
En toda Europa, los
incendios causan miles de muertes cada año, además de
cuantiosos daños materiales. Al
diseñar un equipamiento, es vital conocer qué
materiales pueden ralentizar la propagación de los
incendios, ya que éstos permitirán a los servicios
de extinción disponer de más tiempo, y así poder limitar los daños
causados.
Un incendio sólo
puede empezar y desarrollarse si están simultáneamente presentes
tres factores esenciales: material
combustible, oxígeno y energía de ignición. Dado
que no es posible controlar totalmente los
últimos dos factores, se deben redoblar los
esfuerzos en elegir materiales que limiten
el desarrollo y la propagación del fuego.
¿Cómo se desarrolla
un incendio?
Hay varias etapas
diferenciadas en el desarrollo de un incendio:
1)
Fase incipiente, inmediatamente
posterior a la ignición en la que el fuego se
encuentra en estado latente, y solamente
se incendia una pequeña parte del material
combustible.
2)
Fase de crecimiento, en la que aumenta
la velocidad de combustión y el fuego se
aviva. Por medio de radiación o
de contacto directo con las llamas con otros materiales presentes,
el incendio comienza a propagarse.
Dentro de esta fase existe un punto característico denominado
ignición en masa o flashover, en el que se produce un incremento brusco de la
temperatura, dando lugar a una situación de fuego totalmente
desarrollado.
3)
La fase de incendio completamente desarrollado, en el
que todos los materiales combustibles del
recinto se encuentran incendiados y se alcanza la
temperatura máxima del incendio.
4)
Fase de decrecimiento: la temperatura
máxima comienza a descender, bien por la
consumición del combustible o bien por la falta de
ventilación.
En
las dos primeras fases (antes del flashover),
la estrategia de protección contra
incendios consiste en limitar el
desarrollo del mismo, actuando sobre la inflamabilidad y
contribución al fuego de los materiales de construcción, muebles,
revestimientos… Por lo tanto tiene vital importancia lareacción al fuego de los materiales, ya que
el crecimiento del incendio está controlado por éstos.
En
las dos últimas fases (después del
flashover), la estrategia de protección se centra
en acotar las dimensiones del
incendio y proteger la estructura para que no se
produzca un colapso de la misma. Aquí es
capital la resistencia al fuego de
la estructura.
¿Cómo se comporta la
madera en caso de incendio?
Cuando la madera se
expone a un foco de calor, la humedad contenida en ella va
disminuyendo progresivamente, a la vez que la pieza se
contrae.
En cuanto la
temperatura sobrepasa los 270ºC aproximadamente,
comienza el proceso de pirólisis de la
madera, en la cual ésta se va descomponiendo en gases
inflamables. Si la madera no se somete a llama directa, ésta no
comenzará a arder hasta alcanzar
los 400ºC
aproximadamente.
Una vez comenzado el
incendio, debido a su baja conductividad térmica, la
combustión se desarrolla
únicamente en la superficie de la madera, originándose una
capa exterior carbonizada aislante que protege las capas interiores
manteniéndolas a una temperatura mucho menor y conservando sus propiedades
mecánicas.
Por lo tanto, se
considera que la madera presenta un buen
comportamiento sometida a un incendio en fase de pleno
desarrollo.
¿Cómo se comportan
otros materiales?
El acero, que es un
material no combustible, es un muy buen conductor del calor.
Cuando se le somete a
temperaturas elevadas, comienza a perder su resistencia y
se deforma: a 550ºC solamente conserva el 60% de su
resistencia original.
En el caso del
hormigón, a partir de 300ºC se produce el
desconchado de la
superficie. A temperaturas más elevadas, su capacidad portante
disminuye como consecuencia de la pérdida de resistencia de
la armadura.
Reacción al
fuego
La reacción al fuego
evalúa la capacidad de un material para favorecer el desarrollo del incendio,
mediante la medición de propiedades como el
tiempo hasta ignición, propagación de la llama, emisión de calor, producción de
humo y caída de gotas inflamadas.
El Real Decreto
312/2005, “Clasificación de los productos de la construcción y de los elementos
constructivos en función de sus propiedades de
reacción y de resistencia al fuego” introduce en España la clasificación
y terminología europeas de los materiales de construcción, que según
la norma EN
13501-1 son los siguientes.
Además, en los
ensayos se consideran las clasificaciones adicionales
siguientes:
Opacidad de humos
s (smoke) con denominaciones
crecientes s1, s2, s3 para baja, media y alta opacidad de
humos, respectivamente.
Caída de gotas
o partículas inflamadas d (drop) con denominaciones
crecientes d0, d1, d2 para nula, media y alta
caída de gotas, respectivamente.
Los materiales deben
clasificarse según su aplicación final. En caso de aplicación de materiales
para suelos, han de ser
distinguidos con un subíndice fl
(floor).
A los tableros de
aglomerado o fibras estándar, con un mínimo de 600 kg/m3 de densidad y 9 mm de espesor, se les
puede asignar por decisión de la Comisión Europea y del Real
Decreto 312/2005, la
clasificación D-s2, d0 sin necesidad de
ensayo.
Mediante la adición
de productos ignifugantes, se pueden conseguir tableros con reacción
al fuego mejorada, que deben ser ensayados y
clasificados por laboratorios acreditados por una entidad oficialmente
reconocida y disponen obligatoriamente de un marcado CE, aceptado
en cualquier país de la
Unión Europea.
Resistencia al
fuego
Es una propiedad de
los elementos constructivos finales, no de los materiales
individuales que lo componen. Mide la
capacidad de dichos elementos constructivos de resistir un fuego
completamente desarrollado en términos de:
R representa la capacidad
portante de un
elemento estructural, es decir, la capacidad
de soportar la exposición al
fuego sin pérdida de estabilidad estructural.
E representa la integridad de un elemento
constructivo con función separadora, es decir, la
capacidad de no dejar paso a llamas o gases calientes, que puedan incendiar la
cara no expuesta al fuego, o de cualquier material adyacente a esa
superficie.
I representa el aislamiento de un elemento
constructivo con función separadora, es decir, la
capacidad de un elemento de soportar la exposición al fuego de un solo lado, sin
superar una temperatura determinada en el lado no expuesto.
Según
la norma EN
13501-2 “Clasificación de la resistencia al fuego de elementos de
construcción” la resistencia al
fuego se determina exponiendo el elemento
constructivo a temperaturas crecientes en el tiempo, y se
expresa como el tiempo que el elemento es capaz de cumplir la
función para la que ha sido instalada.
Por ejemplo, un elemento EI 60 es capaz de mantener
intacta integridad y aislamiento durante 60 minutos.
Para determinar la
resistencia al fuego de un elemento constructivo es
necesario el ensayo de todo
el conjunto.
Código técnico de
edificación.
DB-SI. Seguridad en
caso de incendio.
El Código Técnico de
Edificación (CTE) es el marco normativo que concreta los requisitos básicos de
calidad de la edificación. Se compone de
una serie de documentos básicos, entre los que se encuentra el DB SI “Seguridad
en caso de incendio”, que establece los parámetros mínimos de
comportamiento frente
al fuego de materiales y elementos constructivos, según la normativa europea
descrita anteriormente. Dichos requisitos son los siguientes:
Utilización de
tableros ignífugos
Tableros
especiales Ignífugos
En el mercado existe una
extensa gama de soluciones ignífugas que mejoran la seguridad frente a los
incendios, limitando el desarrollo y la propagación del
fuego.
Diferentes soluciones
en madera que abarcan desde suelos laminados hasta tableros con bajo contenido en formaldehído,
ultraligeros, compactos o con alta resistencia estructural. También ofrece el mercado una amplia gama de recubrimientos decorativos, así como la posibilidad
de mecanización de piezas.
Tablero de partículas B-s2, d0
Tablero de
partículas de madera con formación en tres capas aglomerado con resinas
sintéticas y aditivos
ignifugantes mediante prensado a alta temperatura.
Tablero de fibras B-s2, d0
Tablero de fibras de
media densidad aglutinado con resinas sintéticas y aditivos ignifugantes
mediante presión y calor.
Tablero de fibras de densidad media E-Z, d0
Tablero de fibras de
media densidad aglutinado con resinas sintéticas y aditivos
ignifugantes mediante presión y
calor, con muy bajo contenido en formaldehido (≤ 3
mg/100g tablero seco).
Tablero de fibras de densidad media M1, B-s2, d0
Tablero de fibras de
media densidad aglutinado con resinas sintéticas y aditivos ignifugantes
mediante presión y calor,
fabricado con 100% pino de las Landas.
Tablero ultraligero, B-s2, d0
Tablero ultraligero
de alta resistencia formado por caras e interior de MDF ignífugo, éste
último dispuesto en forma de cuadrícula.
Tablero de fibras de densidad media coloreado, B-s2, d0
Tablero de fibras de
media densidad coloreado en toda su masa, con reacción mejorada frente al
fuego.
Tablero compacto de fibras de madera para interior, B-s1, d0
Tablero compacto de
fibras de madera para aplicaciones de interior que requieran una
exposición a condiciones de
humedad elevada y persistente en el tiempo, con
reacción mejorada frente al fuego.
Tablero de alta resistencia estructural, B-fl, s1
Tablero de alta
resistencia estructural compuesto por caras de fibra e interior de partículas de
madera, y recubierto por un papel melamínico con
acabado antideslizante.
Tablero aglomerado ignífugo, B-s1, d0
Tablero aglomerado
ignífugo con recubrimiento de melamina.
Tablero MDF ignífugo, B-s2, d0
Tablero MDF ignífugo
con recubrimiento de melamina.
Tablero compacto de fibras, B-s2, d0
Tablero compacto de
fibras de madera con recubrimento de melamina.
Recomendaciones Específicas
Transporte,
almacenamiento y manipulación
Los tableros
derivados de la madera deben transportarse y almacenarse con cuidado, en pilas
compactas y descansando sobre una base plana apropiada. Verifique que los tacos
están colocados en la misma posición y alineados para evitar la deformación del
tablero. Recomendamos mantener los tableros en su embalaje original, siempre en
un lugar seco, protegido del contacto con el suelo, muros y humedades. Se
recomienda prestar especial atención a los golpes secos y laterales o a las
caídas del tablero al suelo, ya que puede verse dañado en su
interior.
• Los tableros
deberán almacenarse siempre a cubierto y sobre una superficie
plana.
• Las condiciones de
almacenamiento óptimas son del 65% de humedad. Se deben evitar
ambientes
más secos o
húmedos.
• En ningún caso
podrá existir contacto directo con el
agua.
• Los tacos deben
estar siempre alineados con la vertical.
• No se recomienda
apilar a más de 4 alturas.
• Si el embalaje se
daña durante su manipulación, se debe reembalar para la correcta
conservación
del
producto.
• No respetar las
condiciones de apilado indicadas, así como cambios
de humedad o de temperatura
en los almacenes o
zonas de transformación, puede provocar
deformaciones y curvaturas irreversibles.