Se trata de unos portones de tablas de iroko sobre bastidor de tubo metálico que presentan astillados en los bordes y fendas así como restos de ataque de insectos de ambrosia ¿estos defectos cumplen con la normativa correspondiente?
RESPUESTA
La norma UNE EN 942 : 1996 de clasificación de la calidad en elementos de carpintería, en su apartado 6.2 de especificaciones, permite la presencia de fendas sin sanear, siempre que estas sean:
- de menos de 0,5 mm de
anchura, de profundidad menor a un cuarto del espesor de la tabla,
- de menos de 300 mm de
longitud individual, y
- longitud acumulada, inferior al 50% del largo
de la tabla.
Por
otra parte la norma UNE EN 942 : 1996:
- no admite daños de
insectos de ambrosía para la clase J2, estos daños se traducen en la presencia
de orificios y galerías de insectos xilófagos,
- se admiten daños de
insectos de ambrosía si se sanea.
El
ligero astillado de las testas de algunas piezas, así como la rotura de la
hembra en algún caso se consideran defectos de ejecución. En
cuanto a los primeros, bastará con un enmasillado para disimular los astillados
más patentes, en el caso de la rotura de la hembra, la solución es más
compleja, debiendo realizar un encolado de la misma, o la sustitución de la
tabla entera.
En este tipo de problemas suele tener mucho que ver la humedad. La
normativa vigente de calidad de madera en carpintería y la de hojas de puerta
de madera, establecen unos umbrales de contenido de humedad comprendidos entre
12 y 19 % y entre 10 y 15 % respectivamente, para elementos de exterior.
En este caso la madera cumple con esta exigencia.
Téngase en cuenta no obstante, que la madera de Iroko, se clasifica como medianamente
nerviosa, lo cual quiere decir que su comportamiento frente
a los cambios estacionales es sólo medianamente estable.
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