PREGUNTA
Se trata de una vivienda con estructura de entramado ligero de madera que se ha revestido exteriormente con un mortero monocapa. Transcurridos unos meses desde que se habita han ido apareciendo fisuras en todas las fachadas con un grosor entre 0,5 y 2,0 mm, son mayoritariamente verticales, a intervalos más o menos aleatorios en el paramento. También aparecen vinculadas a albardillas y molduras exteriores y en zonas de esquina sin concentrarse en ninguna fachada en particular. ¿Sería posible determinar las causas, sus repercusiones estructurales y constructivas y su posible solución?
Por si sirve de orientación inicialmente durante el proceso constructivo se intentó colocar directamente el monocapa pero no agarraba bien, el arquitecto toma la determinación de fijar al tablero exterior de OSB una malla de metal desplegado, sobre la que se tendería el mortero. Según parece, la malla se colocó inicialmente en la dirección errónea, lo que provocó más incidentes. Finalmente, la malla se coloca adecuadamente, y se tiende sobre ella el mortero. Esta vez, el mortero queda definitivamente fijado, pero con el estado de fisuración que se expone en el reportaje fotográfico.
RESPUESTA
La amplitud de la tipología de fisuras, excluye que el origen pueda ser algún tipo de movimientos de la estructura sobre la que se soporta (serían muchos movimientos distintos, en distintas direcciones, que deberían igualmente haberse hecho patentes al interior de la vivienda).
Por otra parte, parte de las fisuras parecen haberse abierto algo más después de que el cliente diera una capa de pintura (es improbable que dicha pintura, de tipo convencional, forzara dicho efecto), para tratar de cubrir el mal efecto de las fisuras. Ya en su momento la promotora constructora había dado una capa de pintura, igualmente sin éxito.
La colocación de malla desplegada o nervada, es un método habitual para sujetar revocos sobre paramentos problemáticos, susceptibles de algún movimiento, o mecánicamente insuficientes (como sería el caso de la lámina exterior que se puso en el muro).
Incluso se coloca sin soporte (es decir, con la chapa sobre rastreles, de forma que el conjunto chapa+mortero constituye una placa autoportante). Asimismo, suele eliminar el riesgo de fisuración en morteros de acabado adecuados y adecuadamente ejecutados. Por ello, resulta difícilmente achacable la aparición de las referidas fisuras a problemas del soporte, o a inadecuación de la solución prescrita.
Se trata de fisuras que no implican (ni parecen expresar) un riesgo estructural subyacente. Sin embargo, son lo suficientemente acusadas como para provocar rechazo por parte de posibles compradores.
El modo más razonable de resolver este problema sería la colocación de un revoco adicional, de mínimo espesor, adecuadamente armado con fibra de vidrio, u otra armadura apropiada. mn@enmadera.info
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