En una fachada formada por lamas machihembradas de madera de castaño de 95 mm de ancho y 10 mm de grueso dispuestas horizontalmente y clavadas sobre rastreles se han levantado y desclavado del enrastrelado, de forma generalizada, después de unas lluvias. Tras remitir este periodo de humedecimiento, gran parte de las deformaciones producidas han remitido, de manera que muchas de las lamas han recuperado total o parcialmente su posición inicial.¿A qué se ha debido esta patología?
RESPUESTA
Con total probabilidad, la causa de las deformaciones es el aumento del contenido de humedad de la madera por contacto directo con el agua de lluvia, que conlleva una hinchazón de la madera que, que ha sido montada sin holguras. En efecto, cuando la madera ha recuperado las condiciones de humedad iniciales, las deformaciones también se han recuperado en parte.
Por otro lado, según información facilitada parece ser que el montaje de las lamas se realizó no sólo sin dejar holgura sino ajustando a tope las lamas, por lo que no se dejó posibilidad alguna de que se absorbieran las hinchazones.
Las variaciones dimensionales de la madera se producen de manera natural e inevitable por los cambios en su contenido de humedad, que varían en función de las condiciones ambientales. A estos cambios hay que sumar el efecto de eventuales aportes directos de agua como puede haber sucedido en este caso con las lluvias.
En el caso del castaño, el coeficiente de contracción unitario oscila entre 0,17 y 0,26 %/% en dirección tangencial y entre 0,11 y 0,15 %/% en dirección radial . Estos valores indican el porcentaje de variación dimensional que tiene lugar en la madera, tanto en dirección tangencial como radial, por cada variación de un punto porcentual de su contenido de humedad. En el sitio donde se ha colocado, al margen de aportes directos de agua, las variaciones medias del contenido de humedad de equilibrio higroscópico de la madera se producen entre un valor mínimo anual de 12,3 y un máximo anual de 14,2 % , lo que supone una oscilación máxima de 1,9 %. Aplicando esta variación en el contenido de humedad al valor máximo de contracción unitaria (0,26 %), quiere decir que las variaciones dimensionales de la anchura de las lamas pueden alcanzar un valor de 0,26 x 1,9 = 0,49 %. Dado que la anchura de las lamas es 95 mm, la variación máxima de dimensión en anchura que podría sufrir cada lama es de 95 x 0,49 / 100 = 0,47 mm.
El fenómeno puede ser más relevante si la madera se colocó a tope y sin holguras con un contenido de humedad aún más bajo del mínimo descrito del 12,3 %. Tanto más importante puede ser si el incremento de humedad de la madera se debe al contacto directo con el agua.
Creo que la aparente deficiente fijación de las lamas también tendrá que ver. Seguramente si la fijación fuera correcta, la incidencia de los movimientos por cambio de humedad sería mucho menor.
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