La ciudad de Dios
Si fuéramos árboles no podríamos amar cosa alguna con conocimiento sensilivo, pero apeteceriamos todo aquello que nos tornara más feraz y fertilmente fructuosos. Y, si fueramos piedras, agua, viento, fuego o algo por el estilo, sin sentido y sin vida, no nos faltaria una especie de tendencia a nuestros propios lugares y ordenes.
En los árboles existe algo semejante a los sentidos, el alimentarse y engendrar. Estas y todas las cosas corporales tienen sus causas latentes en la naturaleza, pero brindan a los sentidos sus formas, que hermosean la textura de este mundo visible. Parece como que intentaran compensarse dandose a conocer, por no poder ellas conocer. Es cierto que las conocemos por los sentidos del cuerpo, pero no juzgamos de ellas por los sentidos corporales. El hombre tiene otro sentido interior, muy superior a éste.
Escritos bíblicos (Tomo IV)
Descripción del Arca de la Alianza
Ex 26,17. Harás dos espigones para cada columna que
estén uno frente al otro, es decir, uno por una parte y otro por la otra parte
de los lados de la columna. Llama aquí la Escritura espigones a lo que también puede llamarse
canecillos, como los que hay en las bodegas de vino sobre los que se apoyan las
maderas que soportan a las cubas. La palabra que hemos traducido aquí por
«espigón» —ancón en latín— se emplea en este caso por la semejanza con el
codo donde se flexiona el antebrazo, sobre el cual se apoyan los que están
sentados a la mesa.
Ex 26,21. Las basas de las columnas serán dos para
cada tablero. La Escritura parece que llama basas no sólo a las que sirven de
apoyo a las columnas desde la parte más baja, sino también a las basas
superiores, que nosotros llamamos capiteles. Por eso dice: Dos basas para cada
columna en ambas partes.
La medida de spithama (palmo) algunos traductores latinos lo explican como: «Medida de la palma de la mano extendida desde la punta del dedo pulgar hasta la punta del dedo meñique»
Descrición del Tabernáculo
Éxodo 25,40
Entonces levantarás el tabernáculo según el plan que te ha sido mostrado en el monte. Y levantarás el tabernáculo conforme al modelo que te fue mostrado en el monte. Y alzarás el tabernáculo conforme á su traza que te fue mostrada en el monte.
Harás también travesaños de madera incorruptible: cinco para una columna a un lado del tabernáculo y cinco travesaños para la columna al otro lado del tabernáculo y cinco travesaños para la columna del lado posterior del tabernáculo, que mira hacia el mar.
Harás para el tabernáculo columnas de madera
incorruptible. Cada columna tendrá diez codos de larga y codo y medio de
ancha. Cada columna tendrá dos ancones colocados uno frente al otro. Harás lo
mismo con todas las columnas del tabernáculo.
El atrio del tabernáculo era un rectángulo de 100 codos de largo (52 metros y medio) por 50 de ancho (26 metros y un cuarto). Tenía 60 columnas de madera, a cinco codos de distancia unas de otras, unidas en la parte superior por unas varillas, de las que colgaban unas cortinas. El atrio quedaba así totalmente cerrado. Solamente ai oriente tenía una entrada de veinte codos de ancha, cerrada por una cortina. A ambos lados tenía cortinas fijas de 15 más 20 más 15 codos = 50 codos.