PREGUNTA
Soy el arquitecto de una vivienda
unifamiliar en un pueblo aragonés del valle del Ebro, zona seca y muy ventosa
con temperaturas muy altas en verano y bajas en invierno.
La vivienda se construyó con muros
portantes de entramado ligero de madera. El revestimiento exterior es un
entablado horizontal machihembrado de madera de pino de Soria. Las tablas tienen
20 mm de grosor y 150 de anchura.
El revestimiento interior de la
mayoría de las estancias es el mismo pero con el entablado
vertical.
- Se le aplicó barniz de poro
abierto.
-Hay que aclarar que los muros se
ejecutaron en taller y se llevaron a la obra con el revestimiento ya colocado.
Evidentemente las condiciones de humedad y temperatura no son las mismas en el
interior de una nave industrial que en la parcela.
Según el constructor el contenido de
humedad de las tablas (tanto interiores como exteriores) en el momento de su
instalación en obra era un 18%.
PATOLOGÍA
-Meses después de su colocación
algunas tablas de la fachada han mermado en anchura hasta el punto de dejar al
descubierto en algunos lugares la cámara de aire posterior. Esto sucede
aproximadamente en el 10% de las piezas. La proporción es mayor en las fachadas
más expuestas al sol y viento, Suroeste y Noroeste, y apenas hay casos en las
otras dos fachadas.
-Los muros se instalaron en la obra
en marzo de 2010, la obra concluyó en julio del mismo año y, según el
propietario, las ranuras entre tablas comenzaron a verse en la primavera de
2011.
-En verano de 2011 se hicieron
mayores y actualmente, en invierno, solo se ha corregido un poco la deformación,
las tablas siguen separadas.
-En el interior ha sucedido algo
parecido con el entablado vertical, especialmente en el salón, la estancia más
calefactada.
-No se aprecian en las tablas
curvaturas, alabeos u otro tipo de deformaciones además de la
indicada.
Imagen: entablado en el momento de la instalación junio 2010
Imagen: Situación en octubre 2011
Imagen: Situación en febrero 2012
OTROS DATOS
-Las cuatro fachadas están bien
protegidas del agua por el alero de cubierta, apenas llegan a mojarse cuando
llueve.
-Cuando visité la obra me encontré
que el constructor había intentado sellar las ranuras con silicona, se aprecia
en las fotos.
CONSULTA
Les agradecería que me orientaran
sobre las posibles causas del problema y muy especialmente sobre el mejor modo
de proceder para su reparación.
Adjunto fotos del entablado exterior
poco después de su colocación y una vez surgido el problema. También una del
interior.
RESPUESTA
Hola, efectivamente el problema que plantea es 'de libro', porque
es un caso típico de una humedad inadecuada a la de equilibrio higroscópico del
entorno o bien de una inadecuada colocación del revestimiento (son dos caras de
una misma moneda).
Si la madera la han
colocado al 18 % está claro que no puede aguantar las temperaturas de exterior y
sobre todo las fachadas que tengan insolación directa. Donde no le haya dado el
sol es fácil que este ahora al 10 /12 % y donde le haya dado el sol esta con
toda seguridad por debajo del 10 (quizás el 7/8). En esas condiciones habrá
mermado del orden de 3/4 mm por tabla, lo que es suficiente para producir los
problemas mencionados. Éstos no habrían sido
tan grandes si, en vez de haber colocado la junta generosa entre lamas, que se
aprecia en la fotografía de instalación, las lamas se hubieran colocado a tope,
puesto que la madera siempre iba a mermar al secarse y de este modo la lengüeta
todavía solaparía con la ranura siguiente. Además el machihembrado de la tabla
(lengüeta y ranura) es un poco escaso. Con éste realizado correctamente se
consigue que las lamas se muevan (abran y cierren moderadamente su junta en los
cambios estacionales) sin comprometer nunca la
estanquidad.
La única solución
duradera es levantar el revestimiento y volverlo a clavar (con juntas similares
a la primera vez puesto que ya la madera ha mermado prácticamente al límite de
lo que lo hará). Si esto no es posible por los destrozos que se ocasionarían, la
solución de mastics habría que repetirla periódicamente porque saltarían también
periódicamente.
En el interior el
problema es parecido e incluso peor porque la sequedad alcanzada es mayor, si
bien se puede intervenir sobre ella con humidificadores, para moderarla, y así
minorar su efecto.
No sé si la Química ha
dado ya con masillas que permitan un juego de dilatación-contracción y una
durabilidad al exterior suficiente, lo cual podría ser una solución técnica,
aunque estéticamente no tiene demasiado arreglo. Esperamos haberle ayudado.
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