viernes, 20 de enero de 2006

Protección pasiva contra el fuego de una estructura

PREGUNTA
Soy un arquitecto de Madrid y desearía me indicasen algún producto para protección pasiva contra el fuego en la madera.
Tendríamos que aplicarla en la reforma de una buhardilla, cuya estructura es de madera. Los pilares, así como las correas y vigas de la cubierta se han dejado vistas.
Nos exige el Ayuntamiento que apliquemos y justifiquemos que la estructura garantiza una estabilidad al fuego de 90 minutos y una resistencia mínima de 45 min.en la cubierta.
Todo ello en cumplimiento del art.80 del Reglamento de Prevención de Incendios de la Comunidad de Madrid)
Les ruego se pongan en contacto conmigo para ver que producto podemos aplicar y si la ficha técnica del mismo justifica lo anterior.

RESPUESTA

Para mejorar la EF solamente hay dos opciones:
- aumentar la sección de la pieza
- recubrirla con un material ignifugo tipo yeso (con lo cual no se vería la madera)
Los barnices o pinturas ignífugas solamente mejoran la reacción al fuego, pero apenas influyen en la resistencia al fuego (Estabilidad al Fuego) ya que no modifican la velocidad de carbonización de la madera. Además la vida o permanencia de estos productos no suele ser muy elevado al ser higroscópicos.

Ruidos en una estructura de entramado ligero

PREGUNTA
En una vivienda de entramado ligero se observan numerosos ruidos de la vivienda atribuidos por el cliente a movimientos de dilatación y contracción entre el día y la noche.


RESPUESTA
En general, casi cualquier estructura de madera, presenta algunos crujidos durante las primeras edades. Dichos ruidos, usualmente no implican ni indican riesgos estructurales o limitaciones al uso normal de la vivienda. Si bien es cierto que en una vivienda de entramado ligero, dichos ruidos deberían reducirse a valores mínimos. Por ello, la presencia de ruidos intensos o frecuentes en una estructura de este tipo, más allá del


primer año de vida, sí puede apuntar potenciales deficiencias estructurales. mn@enmadera.info

jueves, 19 de enero de 2006

Insuficiente aislamiento en una casa de madera

PREGUNTA
Tras empezar a vivir en una casa de madera aparecen condensaciones intersticiales en el interior del muro y en el interior del techo.


RESPUESTA
Ello es debido a la carencia de una barrera de vapor interior, que resulta prácticamente imprescindible en un sistema de capas como el descrito en el proyecto tras analizar el deficiente diseño del muro.
Las consecuencias de esta carencia son la aparición de condensaciones las cuales provocarán los siguientes efectos: 
• A corto plazo, una reducción de la capacidad aislante, por humedecimiento del aislamiento (lana de roca).
• A largo plazo, degradación potencial de la malla metálica que arma el mortero de acabado.
• A medio plazo, desarrollo de pudriciones puntuales en elementos interiores de la estructura, que, a largo plazo, provocarían un claro riesgo estructural.
Téngase en cuenta que la especificación hecha para el material de los montantes interiores del muro de entramado ligero (coníferas) suele corresponder a maderas de muy baja durabilidad natural.
La solución menos costosa pasaría por realizar al interior un trasdosado directo de yeso laminado, sobre una lámina de polietileno de 0,05 mm. Esto crearía una barrera de vapor suficiente para eliminar de forma absoluta el riesgo de condensación, y aportaría un soporte mecánico al acabado interior a renovar.

Humedades en la zona baja de una casa de madera

PREGUNTA
En una vivienda de estructura de madera se produce elevada humedad en zonas de planta baja, concentradas en esquinas, que “afloran por encima del parquet”.


RESPUESTA
El cliente indica que la zona tiene un nivel freático muy elevado, siendo frecuente que las viviendas de la zona presenten humedades, incluso mohos, en las paredes durante el invierno.
Ahora bien, si el forjado se ha realizado conforme figura en el proyecto, es altamente probable que se den frecuentes ascensiones de humedad fundamentalmente a través de los muretes sobre los que se coloca el forjado sanitario.
Por otra parte, se ha constatado en la fotografías presentadas por el cliente, que la barrera anti-humedad del durmiente de madera sobre el que se fijan los muros prefabricados se reduce a una pintura, seguramente asfáltica. Dependiendo de las características de la misma (no se dispone del dato), dicha pintura pudiera ser suficiente para frenar la difusión de la humedad a las paredes, pero no lo es para frenar la difusión al forjado. 
Las consecuencias de esta deficiencia, pueden ser de dos tipos:
• Por un lado, y a plazo inmediato, deben estar provocando la aparición periódica de manchas de humedad, así como la aportación de humedades descontroladas al interior de la vivienda. Adicionalmente al perjuicio estético y de acabados, esto se estará traduciendo en una pérdida de eficacia del aislamiento.
• A más largo plazo, la concentración de humedades, potencialmente muy elevada (dadas las circunstancias), puede acelerar anormalmente la actividad biológica. Esta aceleración, puede fácilmente provocar degradaciones del material que lleven a la estructura, en un horizonte de
pocas décadas, a un riesgo estructural elevado por encima.
Deberían realizarse las siguientes intervenciones:
• Creación de una barrera antihumedad por inyección en los muretes de cimentación. Dicha intervención puede valorarse en mil novecientos cincuenta y seis euros.
• Ejecución de huecos de ventilación en los muretes. Dicha intervención puede valorarse en ochocientos cincuenta y dos euros. mn@enmadera.info

lunes, 16 de enero de 2006

Problemas de la carpintería de madera al exterior

PREGUNTA
En una localidad declarada Conjunto Histórico Artístico se está obligando a los propietarios de las construcciones a disponer carpinterías de madera. Algún arquitecto es reticente a hacerlo, por considerar que las colocadas a la orientación sur, sufren cambios de temperaturas extremos unidos al azote de la lluvia (predominante en esta orientación). Concretamente nos indican que habiendo dispuesto iroko en otros casos, éste se ha degradado con rapidez.
Por ello nos gustaría contar con su opinión sobre el tipo de  madera más recomendable y cualquier otra consideración que deba tenerse en cuenta a la hora de colocar carpinterías de madera.

RESPUESTA
Cuando una carpintería de madera falla (especialmente si el fallo se produce en las primeras décadas de su uso), es extremadamente improbable que se deba a una especie de madera inadecuada: casi siempre se deberá  a una inadecuada tecnología.

Los fallos tecnológicos más habituales que nos encontramos en carpinterías suelen estar relacionados con:
- Perfiles de carpintería inadecuados: falta de tratamiento de las condensaciones, juntas inadecuadas, perfiles "artesanales" mal concebidos...)
- Colocación en obra inadecuada: típicamente, permitiendo acumulaciones de agua/humedad sin posibilidades de ventilación/secado.
- Acabados inadecuados. Un "barniz" que no deje transpirar exteriormente al material, es una excelente "autopista" para la degradación del material, salvo que fueran maderas de extraordinaria durabilidad natural. El problema es que las maderas de durabilidad natural muy elevada, suelen presentar otros problemas tecnológicos, derivados de su dureza extremadamente alta (casos de la encina, el elondo, quebracho... o su disponibilidad), o baja (caso del "cedro" canadiense).
Lo fundamental, ANTES de determinar la especie, es:
1.- Definir la calidad de la carpintería en términos de perfil y
2.- Definir el detalle constructivo de puesta en obra y la especificación del acabado.
Lo primero se resuelve recurriendo a un fabricante adecuado. Le recomendaría, para evitar problemas, recurrir a cualquiera de los que tienen el Sello de Calidad de Aitim (pero, por supuesto, hay muchos otros en toda España).
Lo segundo, depende fundamentalmente de la dirección facultativa. Respecto a los acabados, no debe olvidarse que aplicar un acabado exterior no es un mandato, sino una opción. Una madera al exterior sin ningún acabado (insisto, supuesto que la carpintería es adecuada en términos de perfil, fabricación y puesta en obra)  lo que fundamentalmente va a padecer es un agrisamiento de la superficie que no va a tener relevancia a efectos de sus prestaciones aislantes. A muy largo plazo (varias décadas), las zonas de mayor incidencia solar sí llegarán a tener una degradación algo mayor, pero asimismo sin relevancia funcional. Es mucho más probable que un mal acabado provoque un fallo prestacional, que el que éste sea provocado por la carencia de acabado.
Para la elección de la madera más adecuada, en mi opinión, deben tener preeminencia criterios estéticos: bien de respecto al entorno (especialmente en el caso de Fermoselle), bien de preferencia personal del usuario de la vivienda, bien de coherencia arquitectónica. La madera más "pobre" (digamos un humilde pino muy nudoso de los que se destinan habitualmente a biomasa) es susceptible de proveer una buena carpintería si se procesa adecuadamente (por ejemplo por laminado).
Desde luego, puede ser conveniente preferir maderas que, per se, tengan una buena durabilidad natural. Pero siempre con precaución sobre dicho concepto, y, JAMAS, pensando que una "buena" madera nos excusa de un adecuado plantemiento tecnológico (perfil/fabricante adecuado, puesta en obra correcta, estrategia de acabado adecuada).
Por ejemplo: el duramen de iroko es muy durable, pero su albura es extremadamente poco durable. Si colocamos iroko inadecuadamente, y además coincide la albura en las zonas de peores condiciones, tendremos un fallo prestacional (podríamos tenerlo incluso aunque no hubiera albura). Ahora bien, si colocamos una carpintería enteramente hecha en albura de iroko, con un adecuado plateamiento tecnológico, no tendremos fallos prestacionales (ni aunque a los cinco a veinte años nos empiecen a aparecer algunos orificios de salida de xilófagos).
El clima de la región que menciona (que conozco personalmente) no es más agresivo para la madera en fachadas que el de las regiones subárticas, donde las carpinterías de vivienda son mayoritariamente de madera no sólo por tradición, sino por que son técnicamente apropiadas.
Hay partes de la carpintería con niveles de agresión extremos (típicamente, la parte inferior de las puertas de calle). Para tales elementos, es conveniente seleccionar maderas duras y durables. El duramen de iroko lo es. Hay muchas otras opciones (ambientalmente aceptables), como pueden ser la dabema, la acacia (robinia)....
... Pero también hay opciones menos "exóticas", como el pino silvestre (p.ej. el procedente de Soria-Burgos) con elevada proporción de duramen, o el roble, o incluso el castaño (también preferiblemente el duramen).
Dado que estamos tratando con el Patrimonio, yo diría que estas opciones serían las más apropiadas.
Espero que las consideraciones precedentes le sirvan de orientación sobre la cuestión propuesta. Y reciban, por otra parte, nuestra enhorabuena por tratar de mantener los aspectos más positivos de las tradiciones constructivas en lo que queda del Patrimonio Arquitectónico urbano.

jueves, 5 de enero de 2006

Fisuras en una fachada de una vivienda con estructura de madera

PREGUNTA
Se trata de una vivienda con estructura de entramado ligero de madera que se ha revestido exteriormente con un mortero monocapa. Transcurridos unos meses desde que se habita han ido apareciendo fisuras en todas las fachadas con un grosor entre 0,5 y 2,0 mm,  son mayoritariamente verticales, a intervalos más o menos aleatorios en el paramento. También aparecen vinculadas a albardillas y molduras exteriores y en zonas de esquina sin concentrarse en ninguna fachada en particular. ¿Sería posible determinar las causas, sus repercusiones estructurales y constructivas y su posible solución?
Por si sirve de orientación inicialmente durante el proceso constructivo se intentó colocar directamente el monocapa pero no agarraba bien, el arquitecto toma la determinación de fijar al tablero exterior de OSB una malla de metal desplegado, sobre la que se tendería el mortero. Según parece, la malla se colocó inicialmente en la dirección errónea, lo que provocó más incidentes. Finalmente, la malla se coloca adecuadamente, y se tiende sobre ella el mortero. Esta vez, el mortero queda definitivamente fijado, pero con el estado de fisuración que se expone en el reportaje fotográfico.


RESPUESTA
La amplitud de la tipología de fisuras, excluye que el origen pueda ser algún tipo de movimientos de la estructura sobre la que se soporta (serían muchos movimientos distintos, en distintas direcciones, que deberían igualmente haberse hecho patentes al interior de la vivienda).
Por otra parte, parte de las fisuras parecen haberse abierto algo más después de que el cliente diera una capa de pintura (es improbable que dicha pintura, de tipo convencional, forzara dicho efecto), para tratar de cubrir el mal efecto de las fisuras. Ya en su momento la promotora constructora había dado una capa de pintura, igualmente sin éxito.
La colocación de malla desplegada o nervada, es un método habitual para sujetar revocos sobre paramentos problemáticos, susceptibles de algún movimiento, o mecánicamente insuficientes (como sería el caso de la lámina exterior que se puso en el muro).
Incluso se coloca sin soporte (es decir, con la chapa sobre rastreles, de forma que el conjunto chapa+mortero constituye una placa autoportante). Asimismo, suele eliminar el riesgo de fisuración en morteros de acabado adecuados y adecuadamente ejecutados. Por ello, resulta difícilmente achacable la aparición de las referidas fisuras a problemas del soporte, o a inadecuación de la solución prescrita.
Se trata de fisuras que no implican (ni parecen expresar) un riesgo estructural subyacente. Sin embargo, son lo suficientemente acusadas como para provocar rechazo por parte de posibles compradores.

El modo más razonable de resolver este problema sería la colocación de un revoco adicional, de mínimo espesor, adecuadamente armado con fibra de vidrio, u otra armadura apropiada. mn@enmadera.info