El método de impregnación para el tratamiento preservativo de postes para cercas consiste en la inmersión de los postes de madera curados y preferentemente con incisiones, en disoluciones del agente preservativo, hasta la profundidad deseada y durante un tiempo suficientemente largo para garantizar una capa exterior de madera uniformemente tratada.
Pueden emplearse preservativos solubles en agua o en petróleo,
pero en las severas condiciones de servicio a las que están sometidos los
postes de cercas, los preservativos hidrosolubles pueden ser lixiviados muy rápidamente
de la madera. Por ello, el presente artículo se ha limitado especialmente a
tratar de los preservativos solubles en petróleo, como más permanentes.
Para obtener resultados óptimos se recomienda el siguiente
procedimiento de preparar y tratar los postes:
I. Desbastar las cabezas de los postes en sesgo, a medida
que se _ cortan. _
2. Separarlos por especies conforme se descortezan.
3. Racer en ellos incisiones de media pulgada de
profundidad, como mínimo.
4. Curar los postes hasta que se hagan grietas y hendiduras.
·
5. Incluir solamente postes de una misma especie y
pertenecientes a unas mismas condiciones de curado en cada carga que tratar.
ó. Vigilar los postes para determinar cuándo se ha
completado el tratamiento.
7. Evitar la exposición de la madera no tratada durante las
manipulaciones subsiguientes.
Las notables variaciones en las condiciones de recepción del
material a tratar, así como el amplio margen de las de curado, hacen virtualmente
imposible establecer normas definidas para el tratamiento de cualquier especie.
PREPARACION DE LOS POSTES PARA EL TRATAMIENTO
El éxito logrado por el método de impregnación y el
rendimiento del producto tratado estarán determinados en gran medida por la
forma en que los postes se preparan para el tratamiento.
Debe procurarse a todo trance prepararlos de forma que no
sea preciso cortarlos después de tratados.
Corte y descortezado. -Los postes cortados en primavera y a principios del verano se descortezan mucho más rápidamente y se curan lo bastante como para poder tratarlos a finales de verano o a principios de otoño. Deben descortezarse: los extremos o pies que hayan de ser hincados en tierra deben afilarse; las cabezas han de ser cortadas en sesgo y deben practicarse incisiones en ellos, aplicándolos para el curado inmediatamente después del corte, con objeto de facilitar el secado y debilitar el ataque por parte de los organismos destructores de la madera.
El descortezado puede hacerse con un hacha, con una azada de
hoja plana, con una laya, con una cuchilla de desbastar o con una pala vieja gastada
en forma de “V”. Los postes con incisiones no necesitan descortezarse del todo,
si bien deben quitarse las tiras de corteza que puedan interferir con el curado
o con la profundidad de las incisiones.
incisiones.- Pueden distribuirse uniformemente sobre
la superficie del poste o pueden hacerse en anillos escalonados. Debe prestarse
especial atención a las incisiones en la zona correspondiente al nivel del
suelo, para asegurar una penetración de profundidad uniforme en esta zona critica.
Las incisiones pueden hacerse con un hacha, sierra, mallo de
corte o con cuchillas montadas en un mango. Deben escalonarse para reducir a un
mínimo la perdida de resistencia del poste.
Si bien algunas de las incisiones pueden parecer severas, después
de unos años de servicio Ja perdida de resistencia será mucho menor que la
ocasionada por los organismos destructores de la madera en los postes no
tratados.
La distancia entre incisiones dependerá de las especies que
se traten y de tiempo de inmersión empleado. La tabla I puede utilizarse como guía
para apreciar la distancia. Por ejemplo, las incisiones en alisos, álamos
y arces pueden distanciarse de 8 a 12 pulgadas para el periodo de inmersión de
noventa y seis horas. Un gran número de pequeñas incisiones facilitará mayor retención
del agente preservativo que un pequeño número de incisiones grandes.
Periodos de inmersión a emplear como guía para el tratamiento
de la albura de postes cortados, curados y con incisiones, con una disolución
preservativa de aceite Diesel:
Especies Periodo
de inmersión Penetración longitudinal
en la altura
Pie Cabeza a las 24 h de inmersión
Aliso rojo 6-24
2-6 16-22
Álamo t. 6-24
2-6 --
Cedro rojo 24-48 8-24 --
Álamo negro 6-24 2-6 18-30
Abeto Doug. 48-144 24-48 1-8
Abeto blanco 48-96 24-48 --
Alerce 48-9 24-48 --
Arce 6-24
2-6 22-37
Roble b. 48-144
24-48 1-5
Pino torcido 6-72 2-6 --
Curado.- El curado reduce el contenido de humedad de
la madera y la contracción resultante produce agrietamientos y hendiduras. Una
fisuración moderada es deseable, puesto que permite un tratamiento de la madera
que de otro modo seria expuesto si los postes no agrietados y tratados hubieran
de continuar el tratado después de ser instalados.
Los postes deben apilarse cruzados sobre soportes de piedra
o madera sana, a 18 pulgadas, como mínimo, por encima del suelo, para procurar
una buena circulación por debajo y a través de la pila en cura. Debajo y alrededor
de esta debe eliminarse la hierba, la maleza y los cardos, pues dificultan la circulación
de aire y crean condiciones para los organismos destructores de la madera.
En las condiciones normales del verano, los postes de 4 a 6
pulgadas de diámetro pueden curarse de uno a tres meses, pero el periodo de curado
variara con el tamaño de aquellos y con las condiciones climáticas locales. La velocidad
de curado puede controlarse hasta cierto punto variando el espaciado entre
postes y entre capas de estos en la pila. En climas cálidos y secos, donde la
velocidad de curado es grande, los postes pueden colocarse más juntos y las pilas
deben situarse fuera del alcance directo de los rayos solares, para moderar el
curado y evitar la formación de grandes grietas y hendiduras.
EL METODO DE INMERSION
Consiste en introducir el material, durante un periodo suficiente
de tiempo, en una disolución de un agente preservativo, para conseguir la
debida penetración de este. Dicha penetración puede controlarse en gran parte practicando
incisiones en los postes a la profundidad deseada y sumergiéndolos durante el tiempo
preciso para tratar completamente la madera entre las incisiones.
Los postes pueden tratarse en posición horizontal o
vertical. Los grandes troncos pueden tratarse mejor en posición horizontal y los
tanques de tratamiento deben equiparse con dispositivos para mantener la madera
sumergida. Poniendo los postes de pie en tanques ligeramente más profundos que la
mitad de la longitud de aquellos e invirtiéndolos después se consigue algún
control con la retención del agente preservativo en los pies y cabeza de los postes.
Equipo.- El único necesario consiste en· tanques estancos
para el aceite y bidones con tapa, 6 bien en instalaciones permanentes o
semipermanentes puede utilizarse un equipo más perfecto.
Los bidones de 200 l son excelentes si los postes han de
tratarse por el método de inmersión de los extremos. Cada bidón puede contener unos
13 postes de 4 a 6 pulgadas de diámetro y requiere unos 75 l de disolución para
que el líquido alcance un nivel de 30 pulgadas. Los bidones tienen 22 pulgadas
de diámetro y 34 de profundidad.
Los tanques para el tratamiento de postes largos pueden
hacerse soldando dos o más tanques y enterrando el conjunto en el suelo hasta el
nivel de trabajo conveniente. Los tanques deben estar provistos de tapa para
evitar la acumulación de agua en el fondo durante el tiempo lluvioso. Tanques más
profundos requerirían dispositivos para mantener sumergido el material durante
el tratamiento.
Agentes preservativos.- Pueden emplearse bien los
hidrosolubles o bien los solubles en petróleo, si bien los últimos son más
persistentes.
No obstante, un nuevo proceso de doble difusión puede
proporcionar un tratamiento preservativo relativamente permanente y con porte
acuoso. La creosota del alquitrán de hulla es un agente preservativo excelente
y se comporta satisfactoriamente cuando se diluye al 5O por 100 en volumen,
aproximadamente con aceites de viscosidad baja. La creosota de alquitrán de petróleo
también resulta satisfactoria.
El pentaclorofenol y el naftenato cúprico son los agentes
preservativos solubles en petróleo muy apropiados para emplear con el método de
inmersión. Ambos se venden en disoluciones concentradas y directamente
utilizables. Los n centrados se almacenan con facilidad y se diluyen rápidamente
con petróleo, según determinadas instrucciones. Diluidos así, resultan mucho
menos caros que las disoluciones para usar directamente.
Para madera en contacto con el suelo se recomienda una disolución
que contenga 5 % en peso de pentaclorofenol, u otra de naftenato cúprico que
contenga 2% en peso de cobre metálico. El petróleo y los aceites Diesel, más
ligeros son buenos diluyentes, por su pequeña viscosidad a temperaturas
normales.
También se ha utilizado aceite viejo de cárter como
diluyente sin coste. Los aceites más ligeros como el disolvente Stoddard y los
aceites minerales, se emplean como disolventes de agentes preservativos e hidrófugos
para tratamientos más a fondo, pero son más caros y volátiles que los otros
aceites. Todos son inflamables y deben tomarse las oportunas preucauciones para
reducir el peligro de incendio.
El naftenato cúprico es de color verde y la penetración del
tratamiento se aprecia rápidamente en las superficies agrietadas de la madera.
El pentaclorofenol es solo ligeramente visible, pero puede añadirse
colorantes a la disolución. Se ha encontrado que un colorante rojod1e la madera
satisfactoriamente cuando se añade en proporciones de 1 1/ 2 gramos (1 cucharadita)
a cada 4 l de disolución para el tratamiento. Es aceptable cualquier colorante
que forme una disolución verdadera y tiña perceptiblemente la madera.
Cuando se manejan los agentes preservativos la madera deben
observarse las precauciones recomendadas por el fabricante. Las recomendaciones
generales son evitar el contacto con la piel y la aspiración prolongada de los
vapores. Se ha comprobado que una medida eficaz de precaución consiste en
lavarse con agua y jabón al cabo del tiempo razonable, después de haber
manejado postes tratados.
Los individuos propensos a irritaciones cutáneas deben
llevar guantes y mandiles resistentes a los disolventes.
Control del tratamiento.- La cantidad de agente preservativo
retenido por los postes puede apreciarse pesando los postes antes y después del
tratamiento o midiendo la cantidad de agente que debe añadirse al tanque de tratamiento
para mantener un nivel determinado.
Sin embargo, la retención no es necesariamente una indicación
fidedigna de la eficacia del tratamiento; incluso es más importante una buena distribución
del agente preservativo.
La distribución puede determinarse mediante perforaciones
hechas en los postes con un taladro o berbiquí y apreciando la profundidad a la
que se encuentra madera no tratada o bien_ por medio de postes de ensayo realmente
partidos. Si _se utiliza el primer procedimiento, las perforaciones deben
taponarse con estaquillas o tarugos tratados.
El otro método, si bien requiere la destrucción de unos
cuantos postes, da una idea más clara de la distribución del agente
preservativo en el poste. Los postes o secciones de postes que hayan de
cortarse deben ser representativos de la carga y relativamente exentos de grandes
nudos, cicatrices o cortes que expongan l~ textura íntima estas pueden dar
lugar a indicaciones erróneas acerca del tratamiento medio.
Puede partirse el poste entero o puede cortarse
transversalmente en secciones, que después pueden ser partidas en la dirección
de la veta. Las caras del corte deben examinarse inmediatamente, pues el aceite
trepa por ellas, dando una indicación falsa de la profundidad y uniformidad del
tratamiento.
Normas para el tratamiento.- Puesto que la zona de
contacto con el suelo y los extremos del poste son las partes críticas, desde el
punto de vista del comienzo del ataque por medio de los agentes
agresivos, la protección de estas partes es de importancia primordial.
La albura de la sección correspondiente al nivel del suelo
debe tratarse uniformemente y lo más a fondo posible. La de cada extremo
del poste debe ser penetrada por completo en varias pulgadas, e incluso el corazón
debe tener alguna penetración. No se debe insistir excesivamente sobre la importancia
de asegurar un tratamiento uniforme.
Si bien el tratamiento debe pretender conseguir una retención
de 2,7 kg de agente preservativo por cada pie cubico de madera, es imposible
alcanzarla con muchas especies. Sin embargo, periodos de inmersión más
largos pueden mejorar tanto la retención como la uniformidad del tratamiento.
El valor de un tratamiento preservativo puede reducirse
grandemente a causa de prácticas y manipulaciones inadecuadas y otros abusos que
exponen a la madera sin tratar. Entre estos abusos comunes figura la manipulación
de los troncos tratados con instrumentos puntiagudos, el corte o perforación a través
de la zona tratada y el quemado de los troncos. El aguzado de los extremos de
los postes debe hacerse, si es posible, antes del tratamiento de estos. Si el
poste ha de cortarse después del tratamiento, la superficie del corte debe de fregarse
a fondo con la disolución preservativa.
Deben evitarse los cortes de la madera tratada en la zona
correspondiente al nivel del suelo o por debajo de ella.
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