lunes, 20 de septiembre de 2004

Identificación de un ataque xilófago

PREGUNTA

En las obras de rehabilitación de un edificio de viviendas, concretamente del entarimado del suelo que se encuentra apoyado directamente sobre las viguetas o pontones y que cumple una función estructural principal por no existir otro elemento o solera entre viguetas. El entarimado está formado por tablas machihembradas de unos 100 mm de anchura y 14 mm de espesor, probablemente de madera de conífera.


RESPUESTA

Las muestras A y B presentan daños ocasionados por insectos xilófagos de ciclo larvario de la familia de los anóbidos, vulgarmente conocidos como carcoma. La intensidad de los daños es grave, llegando a destruir completamente las piezas y a inutilizarlas para cualquier función estructural.



La actividad de estos insectos se ve favorecida cuando la madera se encuentra sometida a un cierto contenido de humedad o a un incipiente ataque previo de hongos de pudrición, aunque no es un factor determinante. Las larvas del insecto se desarrollan en el interior de la madera y se alimentan fundamentalmente de la madera de albura.
Las muestras B y C presentan daños ocasionados fundamentalmente por hongos de pudrición parda o cúbica que van acompañados por algunos signos de daños ocasionados por anóbidos. La intensidad de los daños el grave y afectan a toda la pieza hasta destruirla completamente e inutilizarla para cualquier función estructural. 




El ataque de los hongos de pudrición se produce si la madera conserva durante un tiempo prolongado un contenido de humedad superior al 20 %, por lo que estas muestras deben haber estado sometidas a un aporte de humedad prolongado.
Los daños identificados en las cuatro muestras objeto de este informe, tanto los producidos por anóbidos como por hongos de pudrición, son muy graves y llegan a destruir completamente la madera.
Los daños ocasionados por hongos de pudrición se deben a una exposición prolongada de la madera a elevados contenidos de humedad.
Deberá revisarse el resto de la estructura para determinar si estos daños se extienden con la misma intensidad. Esta inspección debe realizarse en toda la estructura, aunque debe extremarse en las zonas de riesgo donde la madera puede haber estado expuesta a contenidos de humedad elevados, como son zonas húmedas de baños y cocinas, bajantes, sótanos, aleros de fachada, repisas de balcones, etc.
En función de la gravedad de los daños detectados en el conjunto de la estructura y todo el edificio se deberán definir las medidas de actuación pertinentes, las cuales pueden consistir en la sustitución total o parcial de la estructura, en tratamientos curativos de las maderas afectadas o en tratamientos preventivos de la madera sana existente y de la madera de reposición.
Si la gravedad de los daños en la estructura existente es similar a la de las muestras analizadas la opción más adecuada a nuestro juicio sería la sustitución completa de la estructura.





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